sábado, 29 de septiembre de 2007

55º Festival Internacional de Cine de San Sebastián: Palmarés



Se clausura esta edición del Festival de San Sebastián y saltó la liebre, no tanto porque haya ganado la película de Wayne Wang, Mil años de oración, como porque después del historial reciente del director de Hong Kong, que no ha dirigido nada decente en la última década, nadie se esperaba que esta fuera a ser mucho mejor. Según declaraciones del propio Wang, y aunque no lo pareciera, llevaba todo este tiempo luchando -y perdiendo- con la industria de Hollywood y por fin se ha podido desvincular con esta película. Como en buena parte de su filmografía anterior, trata una historia de relaciones humanas, de choques culturales y de la soledad que se vive rodeado de gente, a partir del viaje de un anciano chino para visitar a su hija en EE.UU. que se acaba de divorciar. Su protagonista, Henry O, que se diera a conocer con El último emperador, se ha llevado el premio a la mejor actuación masculina y la película se ha traído también un par de los importantes del palmarés alternativo, confirmando el retorno del director hongkonés a este lado de la carretera.



No obstante, no deja de oler un tanto a chamusquina que, siendo Paul Auster presidente del jurado, el ganador final haya sido Wayne Wang en lo que ha acabado pareciendo una especie de reconciliación pública mientras que la favorita desde el inicio, Eastern promises, se haya ido totalmente de vacío. Otra que se ha ido de vacío y por los comentarios parece que con todo el merecimiento ha sido Aritmética emocional, que ni con su espectacular reparto ha podido sobrevivir a su plomizo guión. Más apreciado ha sido el guión de la nueva de John Sayles, Honeydripper, que le ha salvado de sumarse al grupo de premiables sin premio.




Sí que han cumplido las apuestas dos favoritos para los respectivos premios. La pequeña de la saga Makhmalbaf se ha hecho con el del jurado por el terrorífico relato acerca de la situación que se vive en Afganistán, sobre todo por parte de los niños que crecen sin porvenir y sin poder alcanzar sus ilusiones. Por su lado, Nick Broomfield se ha llevado la Concha de Plata al mejor director con otra historia de aspecto no menos apocalíptico, el seguimiento a lo Bloody sunday del atentado que mató en Irak a un marine y cómo miembros de su compañía, llevados por los instintos básicos que campan a sus anchas en esas situaciones, mataron en represalia a 24 mujeres y niños. Ambas películas vuelven a confirmar la tendencia por el cine social y con conciencia que tiene el festival en los últimos años.



Cara y cruz por el lado español. Mientras que Mataharis de Icíar Bollaín se ha ido con las manos vacías, el último trabajo de Gracia Querejeta, Siete mesas de billar francés, se ha llevado dos premios a casa. El jurado ha querido reconocer en esta nueva revisión de los conflictos paterno-filiales de la hijísima del cine español el muy alabado trabajo de guión a cuatro manos con David Planell, revelación con aquel grandísimo corto llamado Carisma y que ya colaboraran en la anterior Héctor. También le ha concedido la Concha de Plata por su interpretación a Blanca Portillo aunque la favorita de las apuestas era precisamente su compañera de reparto, Maribel Verdú.



Revisando los premios menores, que en San Sebastián son muchos, cabría hacer varias consideraciones. Primero, que los orientales son unos magos del aspecto técnico-artístico como vuelve a confirmar el premio a la mejor fotografía para Charlie Lam por su trabajo en la surrealista y digna del mejor Tsai Ming-liang Exodus -un viejo policía tiene que elegir entre sus posibilidades de ascenso o creer a un pobre diablo al que detienen espiando en un baño de señoras, movido supuestamente por la existencia de una conspiración femenina para acabar con los hombres-. Una de las pocas apuestas de riesgo del festival.


Segundo, que el cine latino tiene una importante luz de esperanza en el nuevo 'underground' de países tan dispares como Perú o Guatemala. La protagonista de la sección "Cine en construcción" de este año, Gasolina, una versión de Temporada de patos a la inversa y trágica en la que unos chavales se escapan de su colonia en un coche, ha dejado apenas medio premio a sus rivales. Mientras, la argentina Encarnación sigue su recorrido triunfal por los festivales y de San Sebastián se lleva el premio de la crítica. Todo esto sin perder de vista la mexicana Párpados azules que, aunque ha perdido con Reygadas en su lucha por presentarse a los Oscars, puede ser una de las grandes apuestas latinoamericanas de la temporada.



Y por último, y ya que hablamos de los Oscars, poner sobre el tapete Caramel, que se ha llevado dos de los premios no oficiales más importantes del circuito festivalero, los que concede el público de San Sebastián. Esto podría ser un detalle menor sino fuera porque es la seleccionada de su país para los premios de la Academia y pone al Líbano, un país que no está pasando precisamente por sus mejores momentos, de pleno en una lucha que se revela este año como una de las de más alto nivel en la historia reciente de los Oscars, al menos sobre el papel.


Aquí lo dejamos hasta el año que viene, a ver si San Sebastián empieza a dejar de ser este festival con más patrocinadores que la Fórmula 1 y encuentra el hueco que parece haber perdido en las última ediciones, bien dejando atrás este exceso de moderación y falta de riesgo y retornando a aquellos años de refugio para películas rotundas como Las tortugas también vuelan o bien alcanzando la posición económica que le permita competir de igual a igual con los grandes de los que se anda distanciando.


FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN 2007

SECCIÓN OFICIAL

CONCHA DE ORO para A THOUSAND YEARS OF GOOD PRAYERS (Mil años de oración), dirigida por Wayne Wang

PREMIO ESPECIAL DEL JURADO para BUDDHA COLLAPSED OUT OF SHAME (Buda explotó por vergüenza), de Hana Makhmalbaf, primer largometraje de una directora muy joven que ha impresionado al jurado por la exquisita fotografía y por la extraordinaria niña Nikbakht Noruz. Es el prometedor estreno de una directora que esperamos siga creando obras importantes en adelante.

CONCHA DE PLATA AL MEJOR DIRECTOR para Nick Broomfield, por BATTLE FOR HADITHA

CONCHA DE PLATA AL MEJOR ACTOR para Henry O. por A THOUSAND YEARS OF GOOD PRAYERS (Mil años de oración), dirigida por Wayne Wang

CONCHA DE PLATA A LA MEJOR ACTRIZ para Blanca Portillo por SIETE MESAS DE BILLAR FRANCÉS, dirigida por Gracia Querejeta

PREMIO DEL JURADO AL MEJOR GUIÓN 'ex-aequo' para Gracia Querejeta y David Planell por SIETE MESAS DE BILLAR FRANCÉS y para John Sayles por HONEYDRIPPER

PREMIO DEL JURADO A LA MEJOR FOTOGRAFÍA para Charlie Lam por CEOT OI KAP GEI (Exodus), dirigida por Pang Ho-Cheung


PALMARÉS ALTERNATIVO

PREMIO ALTADIS-NUEVOS DIRECTORES para la película SOUL CARRIAGE (Alma con destino), dirigida por Conrad Clark


PREMIO TCM DEL PÚBLICO, dotado con 70.000 euros de ayuda para su promoción, recae en la película CARAMEL, de Nadine Labaki, con 8,614 puntos sobre un máximo de 10. SEGUNDO PREMIO A LA PELÍCULA EUROPEA dotado con 35.000 euros para LE SCAPHANDRE ET LE PAPILLON (La escafandra y la mariposa), de Julian Schnabel, con 8,443 puntos sobre un máximo de 10.


PREMIO DE LA JUVENTUD para CARAMEL, de la directora Nadine Labaki, con una puntuación de 8,689 puntos sobre un máximo de 10.


PREMIO HORIZONTES destinado a impulsar el conocimiento de los largometrajes producidos total o parcialmente en América Latina, dirigidos por cineastas de origen latino, o bien que tengan por marco o tema comunidades latinas del resto del mundo para EL BAÑO DEL PAPA, de Enrique Fernández y César Charlone. MENCIÓN ESPECIAL para PÁRPADOS AZULES, dirigida por Ernesto Contreras, por su original manera de mostrar la soledad de los personajes, transmitiéndonosla con exquisita ternura. También se ha decidido otorgar una MENCIÓN ESPECIAL a SATANÁS, dirigida por Andrés Baiz, por la gran interpretación de Marcela Mar en el papel de Paola.


PREMIO CINE EN CONSTRUCCIÓN 12 para GASOLINA, de Julio Hernández Cordón (Guatemala)

PREMIO CASA DE AMÉRICA A LA POSTPRODUCCIÓN para GASOLINA, de Julio Hernández Cordón (Guatemala)

PREMIO TVE para ACNÉ, de Federico Veiroj (Uruguay/Argentina/España/México) y para SOL NA NEBLINA, de Werner Schumann (Brasil)

PREMIO CICAE-CINE EN CONSTRUCCIÓN para GASOLINA, de Julio Hernández Cordón (Guatemala)

PREMIO SIGNIS-CINE EN CONSTRUCCIÓN para LA EXTRANJERA, de Fernando Díaz (Argentina)


PREMIO CICAE a la mejor primera película europea para BRICK LANE, de Sarah Gavron (Gran Bretaña)


PREMIO DEL CÍRCULO DE ESCRITORES CINEMATOGRÁFICOS (CEC) para A THOUSAND YEARS OF GOOD PRAYERS (Mil años de oración), de Wayne Wang


PREMIO SIGNIS para A THOUSAND YEARS OF GOOD PRAYERS (Mil años de oración), de Wayne Wang. MENCIÓN ESPECIAL para BATTLE FOR HADITHA, de Nick Broomfield


FIPRESCI (FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE PRENSA CINEMATOGRÁFICA)

PREMIO FIPRESCI A LA MEJOR PELÍCULA proyectada en el Festival para ENCARNACIÓN, de Anahí Berneri

GRAN PREMIO FIPRESCI A LA MEJOR PELÍCULA DEL AÑO para 4 MESES, 3 SEMANAS Y 2 DÍAS, de Cristian Mungiu

jueves, 27 de septiembre de 2007

ROAD TO THE OSCARS (2): 'El orfanato' elegida para representar a España en la carrera hacia los Oscars



Se cumplen los pronósticos y, finalmente, ha sido la película del debutante Juan Antonio Bayona la seleccionada para representar al cine español en los Oscars. Producida por Guillermo del Toro y obviamente cercana a El espinazo del diablo, cuenta la historia de Laura (Belén Rueda), una mujer que regresa con su familia a la casa que la vio crecer con la intención de abrir una residencia para niños discapacitados. El cambio afecta especialmente a su hijo Simón (Roger Príncep), que se refugia en un mundo de fantasía donde conocerá a un "amigo imaginario". Pronto su madre empezará a sospechar que existe en la casa una presencia que es la responsable de todo...


Presentada con notable éxito de público y crítica tanto en Cannes -Richard Corliss de 'Time' la definió como "el Santo Grial en la calle de atrás"- como más recientemente en Toronto, será la encargada de abrir el Festival de Sitges que comienza la semana que viene. Este mismo fin de semana está previsto también que se estrene en el Festival de Nueva York -al igual que En la ciudad de Sylvia- junto a rivales directas como Persepolis, Milyang o 4 meses, 3 semanas y 2 días, además de otras ilustres de la temporada como I'm not there, Before the devil knows you're dead o lo último de los Coen. Todo este trajín será el que ponga la película en el mapa como una auténtica aspirante.


Cuando salga la 'shortlist' definitiva de todos los candidatos ya podremos hablar con más conocimiento de causa pero, a día de hoy y teniendo en la mano los nombres que ya se van confirmando -que comentaremos una vez se completen las selecciones-, la propuesta española tiene muy escasas posibilidades de hacerse un hueco entre las 5 nominadas finales. A no ser que Guillermo del Toro haga algo con su varita mágica en lo que respecta a la distribución y a la promoción y haya un clamor popular como el año pasado con El laberinto del fauno me da que El orfanato no se come un colín. El tiempo lo dirá y, como dicen siempre en Awards Daily, al final nadie sabe nada.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Muere Marcel Marceau a los 84 años



El blog se supone que es multidisciplinar, pero por más esfuerzo que le pone uno es increíble la racha de necrológicas que llevamos de un tiempo a esta parte. Hoy quien nos ha dejado ha sido el gran mimo francés Marcel Marceau -es más, se podría decir que el único mimo de relevancia, lo que da idea de su talla-, conocido principalmente por su personaje de "Bip", inspirado en aquellos que interpretaran Charles Chaplin o Buster Keaton, de los que era gran admirador.


De nombre real Marcel Mangel, Marceau nació en Estrasburgo en 1923 en el seno de una familia judía. Cuando tenía 16 años se vio obligado a huir con sus padres ante el avance del nazismo, razón por la cual se cambió el apellido a Marceau. Marcel se unió a las Fuerzas de la Francia Libre de De Gaulle donde, dada su facilidad para los idiomas, sirvió como oficial de enlace con el ejército del general Patton. Su padre, finalmente, fue capturado por la Gestapo y murió poco después en Auschwitz.

Una vez terminada la guerra, Marceau se interesó por el espectáculo gracias al descubrimiento de Charles Chaplin y se decidió a ingresar en la Escuela de Arte Dramático que Charles Dullin tenía en el teatro Sarah Bernhardt de París. Allí conocería al que sería su maestro, Etienne Decroux, y a Jean-Louis Barrault que, sorprendido por su talento natural, le incorporó a su compañía para interpretar al mismo personaje al que él diera vida en la mítica película de Marcel Carné, Los niños del paraíso. La respuesta del público fue tan positiva que le ofrecieron poner sobre las tablas su propio espectáculo, Praxíteles y el pez de colores. Tan sólo un año más tarde surgiría ya el personaje de "Bip", el payaso. Caracterizado con su atuendo marinero y sombrero con flor, Marceau desarrolló las interpretaciones que se convertirían en clásicos del mimo como "La jaula", "En el parque", "El fabricante de máscaras" o "Caminando contra el viento", que serviría de inspiración a muchos mimos callejeros, como bien saben los habituales del centro de Madrid, o al propio Michael Jackson para su "Moonwalk" (fueron colaboradores habituales y, de hecho, estuvieron a punto de realizar un especial juntos para la televisión).


En 1949 crea su propia compañía de teatro, la única especializada en mimo y pantomima del mundo, con la que comenzaría las giras que le granjearían el reconocimiento internacional. Pero fue la televisión el medio que le lanzó a la fama, sobre todo en EE.UU., llegando a ganar un Emmy por su primera actuación en el "Show of Shows" de Max Liebman. Fue un habitual a su vez en los 'shows' de Johnny Carson o Dinah Shore, colaboró con el comediante estrella de la CBS, Red Skelton e, incluso, interpretó a Mr. Scrooge en una adaptación del Cuento de Navidad de Dickens para la BBC. También apareció en algunos papeles en el cine como en la terrorífica Shanks, en la que interpretaba a un marionetista mudo que utiliza cadáveres para sus espectáculos, en la de culto sesentero Barbarella o en un pequeño cameo cómico en la Silent film de Mel Brooks, en la que su personaje tiene la única línea de diálogo audible -un sonoro "no"-.


En el 78 Marceau consigue levantar su propio teatro, la Escuela Internacional de Mimodrama de París, para poder así representar los trabajos que llevaba años escribiendo y, hasta el año pasado, continuó de manera incansable con sus giras internacionales. Allá donde fuera era agasajado. En Francia fue nombrado Oficial de la Legión de Honor y Gran Oficial de la Orden del Mérito, en Nueva York se declaró el 18 de marzo "Día de Marcel Marceau" y en Japón ni más ni menos que fue nombrado "tesoro nacional".


Se nos va pues Marcel Marceau, aquel que dijo que "la palabra no es necesaria para expresar lo que se siente en el corazón", al que tanto quiso el público y al que tantos artistas de ayer y de hoy, desde Tati a Sylvain Chomet, conocidos y anónimos, le deben tanto.

viernes, 21 de septiembre de 2007

55º Festival Internacional de Cine de San Sebastián: Inauguración



Esta noche se ha inaugurado una vez más el Festival de San Sebastián que, desde que se apartó Diego Galán de la dirección, ha ido bajando su nivel año tras año. Sólo hay que echarle un ojo al cartel de la sección oficial para ver que, por lo menos en cuestión de nombres, no es que sea precisamente una edición boyante. Uno nunca sabe porque Cannes ha vivido batacazos considerables los años que intentó montarse 'all-stars' pero, al menos, fomentan el espectáculo y la trascendencia del festival.


Las películas que compiten en la sección oficial son las siguientes:

  • Battle for Haditha, de Nick Broomfield


  • Buda az sharm foru rikht (Buddha Collapsed Out of Shame), de Hana Makhmalbaf


  • Ceot oi kap gei (Exodus), de Pang Ho-Cheung


  • Daisy Diamond, de Simon Staho


  • Emotional Arithmetic, de Paolo Barzman


  • Encarnación, de Anahí Berneri


  • Free Rainer: Dein Fernseher lügt (Reclaim Your Brain), de Hans Weingartner


  • Goong-nyeo (Shadows in the Palace), de Meejeung Kim


  • Honeydripper, de John Sayles


  • La maison, de Manuel Poirier


  • Mataharis, de Icíar Bollaín


  • Matar a todos, de Esteban Schroeder


  • Padre Nuestro, de Christopher Zalla


  • Siete mesas de billar francés, de Gracia Querejeta


  • A Thousand Years of Good Prayers, de Wayne Wang

Si hubiese que hacer una apuesta a ciegas, obviamente, lo nuevo de Cronenberg que ya va arrasando por ahí y lo nuevo de John Sayles que, por lo que he leído es un drama musicalizado, serían las más obvias. A Christopher Zalla no habría que perderle de vista porque, aunque aquí no lo conoce ni Cristo, recordemos que fue el ganador de Sundance de este año precisamente con Padre nuestro. Y otro nombre interesante, sobre todo por lo rompedor de su estilo semidocumental a lo Winterbottom o Greengrass, es Nick Broomfield que ya estuvo en San Sebastián el año pasado con Ghosts. De la de Paolo Barzman no hablan mal y habrá que tenerla muy en cuenta para los premios de actuación porque trae, entre otros, a Gabriel Byrne, Susan Sarandon, Max von Sydow y Christopher Plummer. Del resto, lo de siempre, un ojo a las señoras 'made in Spain' que siempre traen cosas interesantes.



El jurado tampoco me acaba de convencer porque, aunque lo preside Paul Auster que es un tipo con presencia y muy de tener revelaciones, también están por ahí Noriega (partícipe del cisco que se formó cuando ganó Vento di terra en Gijón) y Nicoletta Braschi, que después de tantos años al lado de Benigni no puede estar muy cuerda.


Como es costumbre, lo mejor está en las secciones paralelas. La clásica está dedicada a uno de esos artesanos de Hollywood, Henry King, que dirigió entre otras La canción de Bernadette o El séptimo cielo. La contemporánea va dedicada al 'enfant terrible' cuya carrera ha discurrido durante 40 años paralela a la 'Nouvelle Vague': Philippe Garrel. Y la temática es, ni más ni menos, que para el Cine nórdico contemporáneo. Sólo con Dinamarca van a proyectar Arven, Rompiendo las olas, Te quiero para siempre, Celebración, Pusher, Italiano para principiantes o Los idiotas. Sumadle a eso Lukas Moodyson, Kaurismäki, Bergman y todo lo nuevo que está llegando de Islandia y Noruega. Yo mandaba a paseo el cartel oficial y me quedaba aquí todo el día :-P .




Según está el cine latino reciente habrá que controlar también la sección "Horizontes latinos", no vaya a saltar la liebre por ahí como en otros festivales con proyectos como La zona o la propia Encarnación, que está en sección oficial. Por su lado Zabaltegi viene increíble como siempre con ese reducto para ex-festivaleras que ahora se llama simplemente "Perlas" -se obvia el "de otros festivales" para no dar mala imagen- y en el que están, entre otras, L’avocat de la terreur, de Barbet Schroeder; Control, de Anton Corbijn; En el valle de Elah, de Paul Haggis; Lady Chatterley, de Pascale Ferran; Le scaphandre et le papillon, de Julian Schnabel o lo nuevo de Pen-ek Ratanaruang.


Como San Sebastián siempre empieza con premios, pues comentémoslos. Para empezar, los Donostia, que este año son para Richard Gere y Liv Ullmann. No sé quién habrá sido la lumbrera que ha creído que ambos talentos son comparables pero, en fin, es lo que tienen premios así. Y ya dentro de lo que se habrá de considerar el palmarés del festival está la rumana 4 meses, 3 semanas y 2 días a la que se le ha concedido el FIPRESCI como mejor película del año. Una prueba más del nuevo renacer del festival de Cannes que ya le otorgara la Palma de Oro allá por mayo.


Estaremos atentos a ver cómo prosigue el festival y si entre esos desconocidos de la sección oficial tenemos alguna sorpresa que se una a las ya contrastadas de Cronenberg y Sayles.

¡Feliz festival!

jueves, 20 de septiembre de 2007

En cartelera: Death proof



Hoy ya sí cayó Death proof y puedo afirmar que no recuerdo habérmelo pasado tan bien en el cine nunca salvo, tal vez, con American beauty o con la propia Kill Bill: Vol. 1.


Yo que en su momento critiqué el trailer que se presentó aquí en España por inconexo con la película, ahora entiendo perfectamente el tema. La historia tiene una narrativa tan a lo Tarantino que uno no sabe si contarlo todo, no contar nada o inventarse lo que le salga y que resulte tan absurdo como el trailer. Lo peor es que, sea como sea, sería quedarse corto. Para empezar hay que decir que Tarantino, siendo un director supuestamente devoto de las machadas y los tíos chungos, ha rodado la reivindicación más jodidamente feminista que ha dado el cine reciente y no esa versión rosa del machismo de siempre que es y será Sexo en Nueva York -al parecer Tarantino salía por Austin rodeado de mujeres en el mismo rollo que las protas de la primera parte de la película-.


La peli es básicamente una reunión de tías duras y buenorras -desde el punto de vista más femenino posible de la palabra- que reparten estopa en el sentido metafórico y en el real y que hablan con toda la frescura y la naturalidad del mundo de lo que se les ocurre que, a diferencia de en Pulp fiction no son los milagros y las hamburguesas, sino su propia feminidad, sus relaciones con los hombres y, sí, coches. Además, lo hacen a un ritmo infinitamente más endiablado y con una soltura que realmente da la impresión que uno fuera también de farra con ellas sacando los pies por la ventanilla del coche. En ese sentido, una vuelta de tuerca con respecto a Pulp fiction, que es su principal referente a ese nivel, es que la sensación de inanidad y de que no pasa nada salvo en los momentos Stuntman Mike está mucho más presente. Las chicas hablan, se ríen, bromean, se pican, comparten sus cosas y tú te lo pasas teta viéndolo, valga la referencia.


Argumentalmente no se puede contar nada sin destripar la peli. Hay dos grupos de chicas que hacen cosas de chicas o, mejor dicho, hacen cosas como una mujer en toda regla las haría, Stuntman Mike aparece con su coche 'death proof', pasan cosas, y la peli se acaba. Punto. Uno ha visto tantas veces Pulp fiction que no se plantea cómo la reseñaría, pero son películas tan dinámicas y tan llenas de anécdotas dentro de ese no pasar nada que es imposible tratar de hacer un resumen mínimamente aproximado de lo que pasa sin recurrir a decir "es que esta escena es genial" o "ese diálogo es el más descacharrante". Por otro lado, hay tantísimas referencias y guiños a toda su filmografía propia y a mucha ajena que ya no me daba tiempo ni de apuntarlas todas, desde las más sutiles de Pulp fiction (esa hamburguesa Big Kahuna entre otras) y Reservoir dogs, hasta los muy apoteósicos de Kill Bill como ese fogonazo de amarillo que se aprovecha de los trucos técnicos de la peli o incluso un pequeño homenaje a Kitano sin contar, obviamente, las pelis de 'serie B' de los 70. Aunque es divertidísima igualmente, es una película evidentemente dirigida a fans irredentos -algo así como los programas de los partidos políticos-. Y ya que mencionamos el tema técnico. Aunque no llega al culmen del volumen I de Kill Bill, Death proof es técnicamente intachable sobre todo por el uso premeditado del aspecto visual como parte de la narración e, incluso, como parte de la propia experiencia cinematográfica llenando la cinta de pelos, cortes, granos, saltos y hasta de un supuesto fallo del color que acaba dando paso a una explosión 'technicolor' en rojo y amarillo. Y a estas alturas no vamos a hablar de la parte musical. No sólo resucita versiones increíbles, los habituales temas de Morricone o las sintonías setenteras de las persecuciones, sino que hace una demostración de fuerza impresionante de cultura musical en el personaje de la DJ Jungle Julia y directamente, en un homenaje al mundo femenino, cierra los créditos con el Chick habit de Serge Gainsbourg en versión de April March.


Y si hablamos de mujeres qué decir de todo el ejército de 'kittens' que aparece en la película. Sí, sale Kurt Russell con el que puede ser uno de sus personajes más memorables, ese misógino despreciable casi imagen especular del Marv de Mickey Rourke en Sin City. Sí, también sale Michael Parks con su sempiterno y omnisciente Ranger McGraw y hasta el propio Tarantino se reserva un caramelo de personaje. Pero las protagonistas incuestionables son las mujeres que vienen en grupos de 4, las plazas de los 'muscle cars' que manejan. Del primer pack sobresale sobre todas la lenguaraz Sydney Tamiia Poitier (que en un homenaje a su padre consta acreditada sólo como Sydney Poitier) que cuenta con el personaje más jugoso aunque no se le quede atrás su compañera Vanessa Ferlito, alias 'Butterfly'. El segundo pack es menos complejo y más clásicamente de 'colegas', pero cuenta con algunos de los diálogos y las escenas más divertidas, además, no serían nada sin sus predecesoras. Y hasta ahí puedo leer :-P . Y otro 'gag' entrañable es que el 4º miembro de cada pack sean dos de las habituales 'stunts' de Tarantino, Monica Staggs y Zoe Bell que doblaran en las escenas de riesgo a Daryl Hannah y Uma Thurman respectivamente. Aunque el fetiche para la posteridad será Mary Elizabeth Winstead, con su vestido de animadora amarillo -claro, de las Vipers- que es el resumen perfecto de la película como el proyecto no sé si mejor pero, sin duda, más personal de Tarantino. Qué extrañas pero qué divertidas son las perversiones.


En definitiva, una película para ver en manadas (las femeninas seguro que se lo pasan aún mejor), reírse, gritar, patalear y silbar si hace falta. Hasta aceptaría las palomitas y todo.

martes, 18 de septiembre de 2007

En cartelera: Naturaleza muerta



Entre unas cosas y otras hacía ya tiempo que no me acercaba al cine y ahora que ya andamos medio libres he decidido que era hora del 'comeback'. Y para ello y dadas las circunstancias qué mejor que hacerlo con Naturaleza muerta, la ganadora del León de Oro de Venecia del año pasado -en realidad la idea era hacerlo con Death proof, pero el lunes es el día de descuento de los Alphaville y hay que aprovechar :-P -.


Lo primero que tengo que decir es que la película me ha sorprendido muy gratamente. No me esperaba que la experiencia fuera como ha sido aunque, de hecho, sería más exacto decir que con lo minimalista de la propuesta no me esperaba nada de nada. El punto de partida argumental es tan simple que dice bien poco sobre el calado de la película: un tipo llega en barco a la ciudad de Fengjie buscando a una chica de la que no sabe nada desde hace 16 años y de la que sólo tiene su última dirección. Para su sorpresa, lo que era su casa ha quedado sumergida bajo el nivel del río Yangtsé, crecido tras la construción de la presa de las Tres Gargantas. Poco tiempo después llegará al pueblo otra mujer en busca también de un persona de su pasado.


Para empezar a hablar de la película es importante situar a Zhang Ke en el panorama del cine chino. Tras el aumento de la censura en el gigante oriental que sólo admite las películas fastuosas y fundamentalmente inocuas de aquellos directores a los que se dio en llamar "de la 5ª Generación" como Zhang Yimou o Chen Kaige, ha surgido en los últimos tiempos una nueva "6ª Generación" que está más emparentada con el neorrealismo y con el 'cinéma vérité' que con su pariente rico de concubinas y emperadores. En ese grupo se podría incluir a Zhang Yang (La ducha), a Xiaoshuai Wang (La bicicleta de Pekín) y, claro está, al propio Zhang Ke, que ya alcanzó cierto reconocimiento con Platform y con Unknown pleasures.


Estructurada en una serie de cuadros cuya transición viene definida por elementos de esa naturaleza muerta que le da título, la película es una heredera bastante obvia de un tipo de cine contemplativo y semidocumental más propio de otras épocas que, de un tiempo a esta parte, gente como el turco Nuri Bilge Ceylan o el ruso Andrei Zvyagintsev andan recuperando y paseando por los festivales. Si Naturaleza muerta tiene un referente inmediato ese sería aquel Antonioni de Desierto rojo, preocupado por mostrar casi sin palabras cómo un entorno decadente y contaminado era reflejo del tambaleo de unos valores morales y una educación sentimental en el mismo estado de decadencia. En este caso, ese aspecto viene reflejado en la contundente metáfora del río borrando las huellas del pasado mientras los protagonistas luchan por reconciliarse con él y así llegar a conocer al menos su situación en la vida -"nada puede borrar lo que somos" dice uno de esos filósofos incidentales que suelen poblar estas cintas-. Demostrando la enorme influencia que unos nombres aparentemente menores han tenido en el mundo del cine también se reconoce en el trabajo de Zhang Ke ese extraño y violento absurdo existencial del cine de Shohei Imamura y Takeshi Kitano. No obstante, la productora de Kitano consta en los créditos de la película por lo que se entienden perfectamente esas entrañables concesiones a la comedia y al realismo mágico que hace en los momentos más inesperados, rompiendo el ritmo pausado de la película a base de 'gags' visuales -y sonoros, bendecidos por el 'karaoke'- muy propios del cine oriental.


Pero si hay una película y un estilo narrativo con los que tenga unos paralelismos sorprendentes es sin duda con el cine de José Luis Guerín, oportunamente de actualidad por su paso por Venecia -es más, sería perfectamente posible titular esta película como En (re)construcción-. Aunque el trabajo de dirección es simplemente prodigioso, en ningún momento la cámara deja de ser un mero testigo mudo de esta aparente monotonía del suceder del tiempo que, como el río, esconde viejos fantasmas y secretos turbulentos. Cada personaje de este mundo soterrado a la fuerza y en demolición continua esconde pequeñas tragedias humanas que se van entrecruzando a lo largo de la historia como encaje de bolillos, todos con sus búsquedas sin final a la vista. De un amor, de un amigo o, sencillamente, de un futuro. Tareas más arduas de lo que podría parecer y que el absurdo del destino y el tiempo complican aún más.


Del reparto poco hay que decir. Como es habitual en estos géneros, está básicamente compuesto por amigos, familiares y gente que aparece en todas las películas del director que le dan a la historia la naturalidad que un proyecto tan arriesgado requiere. Sí que cabría destacar siguiendo la línea de sus compatriotas el gran trabajo de banda sonora y de fotografía al que, en el caso de este último, no hay duda que ayudan en gran medida la espectacularidad de los paisajes de la China interior y esos desarrollos urbanos que mezclan de la forma más surrealista la arquitectura tradicional y el racionalismo de Mao, favoreciendo situaciones tan esperpénticas como que haya gente viviendo dentro de puentes.


Naturaleza muerta es, en definitiva, una de esas películas que se merecen para ellas un festival en el que ser proyectadas y que justifica la existencia de estos fenómenos tan aparentemente innecesarios.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) '07



Aunque debiera incluir este tema como parte de la serie "Road to the Oscars" porque, seamos sinceros, a nadie le importa un carajo el palmarés del festival y, mucho menos, cuál sea el mejor corto canadiense, como fesival importante que es se merece su propio lugar.


De un tiempo a esta parte -básicamente desde que los Oscars se mudaron a febrero- el festival de Toronto que no es que pasara por ser una cita del glamour, se ha convertido en la rampa de lanzamiento y el comienzo del 'buzz' de lo que serán los nombres que sonarán en los Oscars. En los últimos años y coincidiendo en gran medida con el auge de las producciones independientes y con el aumento en la densidad de premios y estrenos, ese lugar parece haberlo ocupado en buena parte el festival de Venecia pero, aún así, Toronto sigue siendo la cita clave para los "Oscar watchers". Hotel Rwanda, Tsotsi, Las invasiones bárbaras, Amélie, Tigre y dragón, American beauty o La vida es bella son películas que se han llevado su ración de premios, pero son aún más las que han visitado la ciudad canadiense como inicio de sus labores promocionales desde Brokeback Mountain a Borat, pasando por Sideways, La vida de los otros, Capote, Crash, Walk the line o Lost in translation por no dar demasiados nombres, que lo son.

Lo más curioso es que este año parece que la cosa se ha cogido con un entusiasmo especial y los medios han plantado sobre la mesa apuestas de nivel. Dejando a un lado la obvia de la enorme En el valle de Elah, de la que ya habláramos con motivo de su estreno en Venecia, la primera es el duelo entre lo nuevo de los Coen, la adaptación del inabarcable Cormac McCarthy No country for old men, y lo nuevo de Joe Wright, aclamado a media voz con su también adaptada Orgullo y prejuicio, que se ha atrevido a llevar a la pantalla en Atonement otra novela de calado: Expiación, de Ian McEwan. De hecho, en un símil que tiene no pocos visos de ser acertado, ya comparan el tema, manteniendo las distancias por la diferencia de géneros, con la lucha entre Salvar al soldado Ryan y Shakespeare in love, sobre todo porque ya sabemos de qué lado cayó aquella.

En Venecia la de Wright salió algo peor parada en lo que a los críticos respecta, por un lado porque McEwan es un ídolo como escritor de "grandes novelas" y aunque el encargado del guión es Christopher Hampton, adaptador de la difícilmente adaptable Las amistades peligrosas, no se perdona la falta de rigor, y por otro porque, sencillamente, se odia a Keira Knightley y cualquier concesión que una película haga a su cursilería. Pero estrenar en Toronto es jugar en casa y ya hay críticos fervorosos que le otorgan hasta 8 candidaturas sin que resulte demasiado descabellado. Las imágenes de Atonement que llegaron de Venecia y que llegan ahora la sitúan como una acaparadora de premios técnicos con lo que fotografía, vestuario y demás se prestan como futuras nominaciones inexcusables. A estas habría que añadir la de guión adaptado ya que, después de aquel infausto Oscar de El Señor de los Anillos, quedó demostrado que los americanos tienen una cintura bastante más flexible en ese sentido. Joe Wright, después de su experiencia con Orgullo y prejuicio, se ganó muchos amigos que estarían dispuestos a bendecir su trabajo como director y algo similar ocurre con el héroe de la historia, James McAvoy, protagonista real de El último rey de Escocia que se vio injustamente eclipsado por el trabajo de Forest Whitaker como Idi Amín. En el sector femenino nadie da un duro por la Knightley, fundamentalmente porque vuelve a interpretar a una señorita de época y ya fue bien recompensada con una nominación por lo mismo. Sin embargo, aparecen dos nombres a seguir, el de Vanessa Redgrave y el de Saoirse (léase Sir-shy) Ronan. De la Redgrave, gran dama del Cine británico, hay poco que decir, pero de la pequeña irlandesa ya se dice que es una de las presencias más perversas que han pasado por la pantalla en los últimos años. Exagerado seguro, pero ese es el eco que está generando la película.


Por el contrario, No country for old men es una favorita de baja intensidad, una Sideways o un Brokeback Mountain que en la intimidad todo el mundo quiere pero que, a la hora de la verdad, cuando es el corazón el que habla, por unas cosas o por otras se queda en bragas. Sorprendentemente, además de los Coen -ojo, que no es poco después de que sus últimos largos hayan sido fiascazos como The ladykillers o Crueldad intolerable-, suenan dos nombres. Uno es Josh Brolin que interpreta a un agente federal pasado al otro lado de la ley y el otro es nuestro Javier Bardem que da vida a un cazarrecompensas digno de las historias de Barry Gifford. Ese fetiche con nombre de mujer que es Kelly Macdonald también ronda por ahí acompañada de Woody Harrelson y Tommy Lee Jones, que parece haberse acostumbrado a esto de los 'neo-westerns' fronterizos. Así que habrá que echarle un ojo al tema.


Ajena a este mogollón de dardos a ciegas se encuentra la favorita entrañable de los críticos, la potencial Little Miss Sunshine de este año: Juno. Dirigida por Jason Reitman que fuera uno de los grandes olvidados del año pasado con su más que interesante Thank you for smoking, retorna al humor negro con el retrato de una familia disfuncional ajeno a los clichés del género que orbita en torno al embarazo de la pequeña de la familia. Para ello reúne a un 'all-star' televisivo compuesto por Jennifer Garner (Alias), Allison Janney (El Ala Oeste), J.K. Simmons (The closer), Rainn Wilson (The office) y Jason Bateman (Arrested development) y los convierte en apoyo de uno de los talentos más innatos que ha dado el Cine reciente, la ex-caperucita perversa de Hard candy, Ellen Page. Que el primer nombre preclaro que suene para el Oscar a mejor actriz principal sea el de una chica de apenas 20 años dice mucho del saber hacer de esta pequeña Mary-Louise Parker devota de Kate Winslet. Pero otro nombre que se ha hecho notar y no sólo por lo sonoro, es el de Diablo Cody, la guionista de la película. Fue stripper por 'hobby' y telefonista erótica para casarse a continuación con su novio de internet, padre soltero de una hija, y todo asumido con la mayor de las naturalidades. Precisamente ese parece ser el espíritu de la película, cómo el concepto de familia ha dejado de ser el de padre-madre-niños-perro para ser un 'do it yourself' que admite todo tipo de combinaciones y actitudes. Un par de grandes oleadas de estrenos quedan, pero sería una grata sorpresa ver a Ellen Page figurar en la lista de nominaciones que se lea a finales de enero.


Y ya que hablamos de mujeres con posibles de cara al Oscar qué decir de la grande entre las grandes de la modernidad cinematográfica, Cate Blanchett. Ya se habla de dos muy probables 'locks', el de actriz secundaria que ya comentamos por su interpretación de Dylan en I'm not there y el de principal para el que ya se habla como favorita -básicamente porque la oleada de otoño es fundamentalmente masculina- por la segunda parte de Elizabeth: The golden age. Y, ojo, porque no viene sola y se trae consigo a otra eterna aspirante al Oscar, Samantha Morton que interpreta a su prima, María, reina de los escoceses. ¿Las Elizabeth de Inglaterra serán un filón para los premios?


Volviendo al 'western' también se ha estrenado otra película de menor repercusión mediática pero no menos aspirante a los Oscars, el 'remake' que ha realizado James Mangold del clásico de Delmer Daves 3:10 to Yuma. Después de tantos años de clasicómanos proclamando la muerte del 'western', parece que entre los 'neo fronterizos' del siglo XXI y el retorno a los clásicos (sin olvidar la colaboración televisiva a la que es ajena España con series como Deadwood o minis como Broken trail que anda arrasando ahora mismo en los Emmy), el género está más vivo que nunca. En esta ocasión y después de levantar las suspicacias de toda la crítica mundial por osar no sólo rodar un 'western' sino hacer un refrito, James Mangold parece haber recuperado su beneplácito. Obviamente a esto ayuda contar con Christian Bale, Peter Fonda o Ben Foster en el reparto (sí, también con Russell Crowe) y que el guión siga estando basado en el relato corto original de Elmore Leonard, otro 'pope' de la cultura americana del que tenemos escasa constancia a este lado del Atlántico. James Mangold es un tipo siempre a controlar y, aunque esto de los 'remakes' nunca deja de oler mal, habrá que controlar este 'revival' del 'western'.


Pero volvamos al festival que de esto va el tema. La ganadora de este año del premio del público (el jurado en Toronto es popular) es Eastern promises, de David Cronenberg. Y, aunque Cronenberg sea un ente clásicamente ajeno al mundo Hollywood -es canadiense y tiene una peculiar visión filosófica de la sangre y las tripas, vamos, es raro-, ya hace dos años con Una historia de violencia rondó los premios del espadachín nudista y los más aficionados al salto de la liebre no descartan que esta haga buenas cosas. Como aquella, está protagonizada por Viggo Mortensen que interpreta a un mafioso ruso, igual de oscuro que su personaje en Una historia de violencia y con tatuajes en las manos a lo Mitchum en La noche del cazador, al que vuelve a acompañar una rubia de buen ver, Naomi Watts. La australiana interpreta a una madre que se ve envuelta por accidente en los turbios asuntos de la familia que regenta Armin Mueller-Stahl y, por ende, en los manejos de Viggo. Conociendo a Cronenberg todo será una excusa para diseccionar la realidad, las apariencias y la suciedad sadomasoquista de las jerarquías (no obstante el guionista es Steven Knight, autor de Dirty pretty things), así que veremos por dónde explota el asunto. Para los cazadores de mitos hay que añadir que entre el reparto de la película se encuentra el gran Jerzy Skolimowski, que fuera abanderado de lo que se dio en llamar nuevo cine polaco junto con Polanski aunque con menos pretensiones que éste y casi más apoyo crítico.


Resumiendo el resto de lo presentado en competición, bien el debut en la dirección de la musa Dogma Paprika Steen With your permission, aunque ya podrá con el guión de Anders Thomas Jensen y a destacar la presencia del cine con toques fantásticos y/o de terror como Le scaphandre et le papillon, de Julian Schnabel que ya causara sensación en Cannes o The Passage y Frontière(s), de los franceses Mark Heller y Xavier Gens respectivamente, que retornan al terror como ese infierno de los otros. También gran acogida la de lo nuevo de Fatih Akin Auf der anderen Seite, que ya debutara con premio en Cannes y, sorpresa, sorpresa, la de la hispano-mexicana La zona, que ya se llevara premio en Venecia y que aquí, ni más ni menos que se ha hecho con el FIPRESCI. Pero ahí no queda la cosa porque otra mexicana y una argentina la acompañan en el palmarés. Gran edición esta para el Cine latino.

Así que, alegrándome si es que habéis sobrevivido a este mondongo, quedamos a la espera de que en estos días empiecen a saltar más nombres propios y que, de aquí a noviembre que empieza el gran desfile de premios, se empiece a vislumbrar una lista de apuestas interesantes.


FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE TORONTO (TIFF) 2007

PREMIO CADILLAC DEL PÚBLICO para EASTERN PROMISES, de David Cronenberg

PREMIO A LA INNOVACIÓN ARTÍSTICA para ENCARNACIÓN, dirigida por Anahí Berneri

PREMIO DESCUBRIMIENTO DIESEL para COCHOCHI, dirigida por Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán

PREMIO CityTV AL MEJOR LARGOMETRAJE CANADIENSE para MY WINNIPEG, dirigida por Guy Maddin

PREMIO CIUDAD DE TORONTO AL MEJOR DEBUT EN LARGOMETRAJE CANADIENSE para CONTINENTAL, UN FILM SANS FUSIL, dirigida por Stéphane LaFleur

PREMIO AL MEJOR CORTOMETRAJE CANADIENSE para POOL, dirigida por Christopher Chan Fui Chong

PREMIO DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE PRENSA CINEMATOGRÁFICA (FIPRESCI) para LA ZONA, dirigida por Rodrigo Plá

viernes, 14 de septiembre de 2007

ROAD TO THE OSCARS (1): La Academia anuncia las películas españolas preseleccionadas para los Oscars



Hala, así a balón parado, se inaugura el "Road to the Oscars" de este año, por primera vez en su versión bloggera. El seguimiento de la gala de las galas y sus alrededores, cada vez más temprano y con datos más innecesarios por el bien de todos :-P .

Y comenzamos con el anuncio por parte de esta nuestra Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España de las películas preseleccionadas para los Oscars de las que, curiosamente, no se ha estrenado en salas ni una todavía.

La primera en estrenarse será El orfanato, del debutante Juan Antonio Bayona, que abrirá el próximo festival de Sitges después de pasar por el de Cannes donde recibió bastantes buenas críticas. La película es una historia de terror psicológico muy del estilo de las de Guillermo del Toro -de hecho es el productor y comparte buena parte de los técnicos con El laberinto del fauno-, protagonizada por Belén Rueda y Geraldine Chaplin y que, obviamente, tiene lugar en el orfanato que la protagonista funda en su antigua casa. Bayona ya se hizo un buen nombre con cortos como El hombre esponja y Mis vacaciones, así que se esperan buenas cosas de él.


Unos días más tarde llegará Las 13 rosas, el retorno de Emilio Martínez Lázaro al pasado español, en este caso, para rememorar los sucesos que rodearon al fusilamiento de varios miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas, entre los que figuraban trece mujeres, la mayoría menores de edad, que se hacían llamar "Las 13 rosas". El guionista junto con Martínez Lázaro es Pedro Costa, director de El crimen del cine Oriente y uno de los autores de la genial La buena estrella, así que puede ser una buena adaptación. Más me chirría el irregular reparto que mezcla nombres tan cuestionables como la habitualmente histérica Pilar López de Ayala o los televisivos Verónica Sánchez y Fran Perea con gente más interesante como Goya Toledo, Bárbara Lennie o la una, grande y libre lolita del cine español, Marta Etura.


Y todavía sin fecha de estreno -aunque se preestrenará en Oviedo la semana que viene- está Luz de domingo, de José Luis Garci, basada en la novela de Ramón Pérez de Ayala que yo creo que es una excusa del director para volver a Asturias. Sorprendentemente, además de habituales 'garcianos' como Alfredo Landa, Carlos Larrañaga, Fernando Guillén Cuervo, Kiti Manver o Manuel Galiana, la película cuenta entre su reparto con noveles en esto del cine como Álex González, protagonista de Segundo asalto, o Paula Echevarría, la agente Osma de El comisario (sí, la novia de Bustamante). Garci tiene su cla en la Academia y técnicamente sus trabajos son irreprochables -Parrondo está entre el equipo- así que, esté bien o sea un truño, siempre tendrá posibilidades de ser la candidata final.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Muere Jane Wyman a los 93 años



Ahora que parecía que se había relajado el tema volvemos a las necrológicas. La que fuera primera mujer de Ronald Reagan, primera ganadora de un Oscar por un papel sin una línea de diálogo desde el invento del sonoro, poseedora del beso más largo en pantalla y, a la postre, la pérfida Angela Channing, ha muerto hoy en su casa de Palm Springs.


Nacida en 1914 en Missouri (se cree que fue en el 17 y que se "envejeció" por lo temprano de su primer matrimonio; no hay que olvidar que Reagan fue su tercer marido) comenzó su carrera en el Cine como actriz de estudio para la Warner donde conocería a Ronald Reagan junto con el que protagonizó varias películas de serie B durante la guerra. Saltaría a la palestra con el famoso beso con Regis Toomey en You're in the Army now y tan sólo 4 años más tarde empezaría su paseo triunfal por los 40 como protagonista de la enorme Días sin huella. Curiosamente, ninguna de las 7 nominaciones a los Oscars que recibiría la película de Billy Wilder sería para ella. Su primera nominación le llegaría un año más tarde con El despertar, una película sobre la madurez bastante cruda para la época -su hija dejó de hablarla durante dos semanas-, en la que la acompañaba Gregory Peck. Con la segunda llegaría la estatuilla tras protagonizar Belinda, otra película de riesgo en la que interpretaba a una chica sordomuda que era violada por un pueblerino.


En los 50 vendrían Hitchcock (Pánico en la escena), Capra (Aquí viene el novio), la tercera nominación al Oscar junto a Joan Blondell por No estoy sola y, por supuesto, Douglas Sirk. Curiosamente uno casi siempre se ordena las películas de Sirk en una cronología inversa, empezando por Imitación a la vida -de hecho, su último largo- y situando las últimas las películas de Jane Wyman. Pero, precisamente, fue en Wyman en la primera que Sirk encontraría a esa mujer contradictoria y de fuertes pasiones internas que buscó en todas sus películas. Por su primera colaboración en Obsesión recibiría su última nominación al Oscar y un año más tarde pasaría a la historia por interpretar a esa mujer de clase alta enamorada del jardinero en Sólo el cielo lo sabe, que serviría de base años más tarde para el personaje al que diera vida Julianne Moore en Lejos del cielo.


Por esa época ya rondaba la televisión y el teatro y combinó ambas pasiones en el programa "Jane Wyman presents The Fireside Theatre" y aún tuvo tiempo de ser la tía Polly de Pollyanna. Finalmente, y después de unos cuantos cameos en series de relumbrón ochentero como Vacaciones en el mar o Los ángeles de Charlie, acabó convertida en la "mala" más recordada de la televisión de aquellos años: Angela Channing y sus viñedos de Falcon Crest. Desde que acabara la serie estaba retirada y sólo volvería una vez a la televisión para interpretar en un capítulo a la madre de La doctora Quinn.