lunes, 17 de septiembre de 2007

Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) '07



Aunque debiera incluir este tema como parte de la serie "Road to the Oscars" porque, seamos sinceros, a nadie le importa un carajo el palmarés del festival y, mucho menos, cuál sea el mejor corto canadiense, como fesival importante que es se merece su propio lugar.


De un tiempo a esta parte -básicamente desde que los Oscars se mudaron a febrero- el festival de Toronto que no es que pasara por ser una cita del glamour, se ha convertido en la rampa de lanzamiento y el comienzo del 'buzz' de lo que serán los nombres que sonarán en los Oscars. En los últimos años y coincidiendo en gran medida con el auge de las producciones independientes y con el aumento en la densidad de premios y estrenos, ese lugar parece haberlo ocupado en buena parte el festival de Venecia pero, aún así, Toronto sigue siendo la cita clave para los "Oscar watchers". Hotel Rwanda, Tsotsi, Las invasiones bárbaras, Amélie, Tigre y dragón, American beauty o La vida es bella son películas que se han llevado su ración de premios, pero son aún más las que han visitado la ciudad canadiense como inicio de sus labores promocionales desde Brokeback Mountain a Borat, pasando por Sideways, La vida de los otros, Capote, Crash, Walk the line o Lost in translation por no dar demasiados nombres, que lo son.

Lo más curioso es que este año parece que la cosa se ha cogido con un entusiasmo especial y los medios han plantado sobre la mesa apuestas de nivel. Dejando a un lado la obvia de la enorme En el valle de Elah, de la que ya habláramos con motivo de su estreno en Venecia, la primera es el duelo entre lo nuevo de los Coen, la adaptación del inabarcable Cormac McCarthy No country for old men, y lo nuevo de Joe Wright, aclamado a media voz con su también adaptada Orgullo y prejuicio, que se ha atrevido a llevar a la pantalla en Atonement otra novela de calado: Expiación, de Ian McEwan. De hecho, en un símil que tiene no pocos visos de ser acertado, ya comparan el tema, manteniendo las distancias por la diferencia de géneros, con la lucha entre Salvar al soldado Ryan y Shakespeare in love, sobre todo porque ya sabemos de qué lado cayó aquella.

En Venecia la de Wright salió algo peor parada en lo que a los críticos respecta, por un lado porque McEwan es un ídolo como escritor de "grandes novelas" y aunque el encargado del guión es Christopher Hampton, adaptador de la difícilmente adaptable Las amistades peligrosas, no se perdona la falta de rigor, y por otro porque, sencillamente, se odia a Keira Knightley y cualquier concesión que una película haga a su cursilería. Pero estrenar en Toronto es jugar en casa y ya hay críticos fervorosos que le otorgan hasta 8 candidaturas sin que resulte demasiado descabellado. Las imágenes de Atonement que llegaron de Venecia y que llegan ahora la sitúan como una acaparadora de premios técnicos con lo que fotografía, vestuario y demás se prestan como futuras nominaciones inexcusables. A estas habría que añadir la de guión adaptado ya que, después de aquel infausto Oscar de El Señor de los Anillos, quedó demostrado que los americanos tienen una cintura bastante más flexible en ese sentido. Joe Wright, después de su experiencia con Orgullo y prejuicio, se ganó muchos amigos que estarían dispuestos a bendecir su trabajo como director y algo similar ocurre con el héroe de la historia, James McAvoy, protagonista real de El último rey de Escocia que se vio injustamente eclipsado por el trabajo de Forest Whitaker como Idi Amín. En el sector femenino nadie da un duro por la Knightley, fundamentalmente porque vuelve a interpretar a una señorita de época y ya fue bien recompensada con una nominación por lo mismo. Sin embargo, aparecen dos nombres a seguir, el de Vanessa Redgrave y el de Saoirse (léase Sir-shy) Ronan. De la Redgrave, gran dama del Cine británico, hay poco que decir, pero de la pequeña irlandesa ya se dice que es una de las presencias más perversas que han pasado por la pantalla en los últimos años. Exagerado seguro, pero ese es el eco que está generando la película.


Por el contrario, No country for old men es una favorita de baja intensidad, una Sideways o un Brokeback Mountain que en la intimidad todo el mundo quiere pero que, a la hora de la verdad, cuando es el corazón el que habla, por unas cosas o por otras se queda en bragas. Sorprendentemente, además de los Coen -ojo, que no es poco después de que sus últimos largos hayan sido fiascazos como The ladykillers o Crueldad intolerable-, suenan dos nombres. Uno es Josh Brolin que interpreta a un agente federal pasado al otro lado de la ley y el otro es nuestro Javier Bardem que da vida a un cazarrecompensas digno de las historias de Barry Gifford. Ese fetiche con nombre de mujer que es Kelly Macdonald también ronda por ahí acompañada de Woody Harrelson y Tommy Lee Jones, que parece haberse acostumbrado a esto de los 'neo-westerns' fronterizos. Así que habrá que echarle un ojo al tema.


Ajena a este mogollón de dardos a ciegas se encuentra la favorita entrañable de los críticos, la potencial Little Miss Sunshine de este año: Juno. Dirigida por Jason Reitman que fuera uno de los grandes olvidados del año pasado con su más que interesante Thank you for smoking, retorna al humor negro con el retrato de una familia disfuncional ajeno a los clichés del género que orbita en torno al embarazo de la pequeña de la familia. Para ello reúne a un 'all-star' televisivo compuesto por Jennifer Garner (Alias), Allison Janney (El Ala Oeste), J.K. Simmons (The closer), Rainn Wilson (The office) y Jason Bateman (Arrested development) y los convierte en apoyo de uno de los talentos más innatos que ha dado el Cine reciente, la ex-caperucita perversa de Hard candy, Ellen Page. Que el primer nombre preclaro que suene para el Oscar a mejor actriz principal sea el de una chica de apenas 20 años dice mucho del saber hacer de esta pequeña Mary-Louise Parker devota de Kate Winslet. Pero otro nombre que se ha hecho notar y no sólo por lo sonoro, es el de Diablo Cody, la guionista de la película. Fue stripper por 'hobby' y telefonista erótica para casarse a continuación con su novio de internet, padre soltero de una hija, y todo asumido con la mayor de las naturalidades. Precisamente ese parece ser el espíritu de la película, cómo el concepto de familia ha dejado de ser el de padre-madre-niños-perro para ser un 'do it yourself' que admite todo tipo de combinaciones y actitudes. Un par de grandes oleadas de estrenos quedan, pero sería una grata sorpresa ver a Ellen Page figurar en la lista de nominaciones que se lea a finales de enero.


Y ya que hablamos de mujeres con posibles de cara al Oscar qué decir de la grande entre las grandes de la modernidad cinematográfica, Cate Blanchett. Ya se habla de dos muy probables 'locks', el de actriz secundaria que ya comentamos por su interpretación de Dylan en I'm not there y el de principal para el que ya se habla como favorita -básicamente porque la oleada de otoño es fundamentalmente masculina- por la segunda parte de Elizabeth: The golden age. Y, ojo, porque no viene sola y se trae consigo a otra eterna aspirante al Oscar, Samantha Morton que interpreta a su prima, María, reina de los escoceses. ¿Las Elizabeth de Inglaterra serán un filón para los premios?


Volviendo al 'western' también se ha estrenado otra película de menor repercusión mediática pero no menos aspirante a los Oscars, el 'remake' que ha realizado James Mangold del clásico de Delmer Daves 3:10 to Yuma. Después de tantos años de clasicómanos proclamando la muerte del 'western', parece que entre los 'neo fronterizos' del siglo XXI y el retorno a los clásicos (sin olvidar la colaboración televisiva a la que es ajena España con series como Deadwood o minis como Broken trail que anda arrasando ahora mismo en los Emmy), el género está más vivo que nunca. En esta ocasión y después de levantar las suspicacias de toda la crítica mundial por osar no sólo rodar un 'western' sino hacer un refrito, James Mangold parece haber recuperado su beneplácito. Obviamente a esto ayuda contar con Christian Bale, Peter Fonda o Ben Foster en el reparto (sí, también con Russell Crowe) y que el guión siga estando basado en el relato corto original de Elmore Leonard, otro 'pope' de la cultura americana del que tenemos escasa constancia a este lado del Atlántico. James Mangold es un tipo siempre a controlar y, aunque esto de los 'remakes' nunca deja de oler mal, habrá que controlar este 'revival' del 'western'.


Pero volvamos al festival que de esto va el tema. La ganadora de este año del premio del público (el jurado en Toronto es popular) es Eastern promises, de David Cronenberg. Y, aunque Cronenberg sea un ente clásicamente ajeno al mundo Hollywood -es canadiense y tiene una peculiar visión filosófica de la sangre y las tripas, vamos, es raro-, ya hace dos años con Una historia de violencia rondó los premios del espadachín nudista y los más aficionados al salto de la liebre no descartan que esta haga buenas cosas. Como aquella, está protagonizada por Viggo Mortensen que interpreta a un mafioso ruso, igual de oscuro que su personaje en Una historia de violencia y con tatuajes en las manos a lo Mitchum en La noche del cazador, al que vuelve a acompañar una rubia de buen ver, Naomi Watts. La australiana interpreta a una madre que se ve envuelta por accidente en los turbios asuntos de la familia que regenta Armin Mueller-Stahl y, por ende, en los manejos de Viggo. Conociendo a Cronenberg todo será una excusa para diseccionar la realidad, las apariencias y la suciedad sadomasoquista de las jerarquías (no obstante el guionista es Steven Knight, autor de Dirty pretty things), así que veremos por dónde explota el asunto. Para los cazadores de mitos hay que añadir que entre el reparto de la película se encuentra el gran Jerzy Skolimowski, que fuera abanderado de lo que se dio en llamar nuevo cine polaco junto con Polanski aunque con menos pretensiones que éste y casi más apoyo crítico.


Resumiendo el resto de lo presentado en competición, bien el debut en la dirección de la musa Dogma Paprika Steen With your permission, aunque ya podrá con el guión de Anders Thomas Jensen y a destacar la presencia del cine con toques fantásticos y/o de terror como Le scaphandre et le papillon, de Julian Schnabel que ya causara sensación en Cannes o The Passage y Frontière(s), de los franceses Mark Heller y Xavier Gens respectivamente, que retornan al terror como ese infierno de los otros. También gran acogida la de lo nuevo de Fatih Akin Auf der anderen Seite, que ya debutara con premio en Cannes y, sorpresa, sorpresa, la de la hispano-mexicana La zona, que ya se llevara premio en Venecia y que aquí, ni más ni menos que se ha hecho con el FIPRESCI. Pero ahí no queda la cosa porque otra mexicana y una argentina la acompañan en el palmarés. Gran edición esta para el Cine latino.

Así que, alegrándome si es que habéis sobrevivido a este mondongo, quedamos a la espera de que en estos días empiecen a saltar más nombres propios y que, de aquí a noviembre que empieza el gran desfile de premios, se empiece a vislumbrar una lista de apuestas interesantes.


FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE TORONTO (TIFF) 2007

PREMIO CADILLAC DEL PÚBLICO para EASTERN PROMISES, de David Cronenberg

PREMIO A LA INNOVACIÓN ARTÍSTICA para ENCARNACIÓN, dirigida por Anahí Berneri

PREMIO DESCUBRIMIENTO DIESEL para COCHOCHI, dirigida por Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán

PREMIO CityTV AL MEJOR LARGOMETRAJE CANADIENSE para MY WINNIPEG, dirigida por Guy Maddin

PREMIO CIUDAD DE TORONTO AL MEJOR DEBUT EN LARGOMETRAJE CANADIENSE para CONTINENTAL, UN FILM SANS FUSIL, dirigida por Stéphane LaFleur

PREMIO AL MEJOR CORTOMETRAJE CANADIENSE para POOL, dirigida por Christopher Chan Fui Chong

PREMIO DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE PRENSA CINEMATOGRÁFICA (FIPRESCI) para LA ZONA, dirigida por Rodrigo Plá

4 comentarios:

Champy dijo...

Quiza soy injusto, pero me parece Toronto de Cronenberg, asi que chiste... Nada de lo oscareable me atrae, me jala el trabajo de Bardem y el de la nina Page....ojala y aparesca algo mas en el camino, porque La escafandra y el camaleon viene como francesa y no le permitiran tamana traicion a Schanbel...
Y que gusto que nuevamenten 2 premios vienen a Mexico...
Un abrazo.

Andunemir dijo...

Me gustaría ver La zona que está teniendo una trayectoria increíble.

Lo que más me cabrea es que, siendo coproducción con España, aquí nadie esté diciendo nada cuando cada mierda en la que una televisión pone dinero, incluyendo coproducciones, te la promocionan hasta en las noticias (que si "Tele-no-sé-quién apoya el Cine español", que si "Tele-no-sé-cuántos colabora con la promoción de la cultura"...). Me jugaría el culo a que ninguna empresa importante ha puesto un duro y por eso no les parece digna de la promoción. Es vergonzoso.

Champy dijo...

Es aberrante.

Pero en todas partes es lo mismo ni te preocupes demasiado.

Aqui tienen que ganar en 1478 festuivales para que se les otorgue espacio, pinche Hollywood acapara TODO. Y eso si que em emputa.

Me da mucho gusto que sea el tercer trabajo de Maribel por aca y en los 3 le haya ido de lujo, y la siento mas nuestra.

Andunemir dijo...

Ya, pero el tema Hollywood es, sencillamente, porque tiene más medios. Y dentro de lo injusto que pueda resultar la cosa entra dentro de lo razonable y no hay hipocresías. El tema es como es.

Lo que molesta en España es que cuando una emisora de televisión ha puesto dinero en una película se le llena la boca con lo de la promoción del cine español, de repente le da importancia a los festivales por los que pasa su película, etc, etc. Vamos, como si hubiesen descubierto la piedra filosofal. Pero si no tiene ningún interés económico, de la noche a la mañana, ese festival al que un año le dedicó horas de tiempo de programación es como si no existiera, por no hablar del resto de películas, claro. Es una actitud muy cínica que en otros países como Francia o Alemania no ocurre.